Tarde de otoño..., ya hace fresco, oscurece más temprano, los árboles se visten de oro y púrpura, nos ponemos nostálgicos y empezamos a tener caprichitos, unas castañitas para calentarnos las manos, una mantita para acurrucarnos con un buen libro (o en buena compañía ;-)) o algo que nos endulce la vida.
Cambio de escena: invitación inesperada a una fiesta, ¡¿cielos, qué llevar?! algo original, barato, de fabricación casera y que no se tarde nada en hacer.
Pues aquí está el remedio para todos, unos bombones crocantis súper fáciles y con un sólo inconveniente: ¡crean adicción!.
La receta me da casi vergüenza de ponerla (de lo fácil que es), pero allá voy:
1
tableta de chocolate negro sin azúcar
Cornflakes sin azúcar
Derretimos
el chocolate al baño
maría. Una vez derretido lo apartamos y echamos una buena porción
de cornflakes. Removemos un poco con cuidado y vamos poniendo
pegotitos sobre una tabla cubierta de papel de hornear (la tabla es importante para poder meterlos luego en la nevera).
Los ponemos a enfriar en la nevera (mínimo 1 hora) y una vez duros se separan perfectamente.
Se
mantienen muy bien en una caja o bote herméticos, aunque nunca he podido descubrir por cuánto tiempo, ja, ja.
Si encontráis chocolate "con leche" vegano y sin azúcar, pues habrá para todos los gustos :-) Yo encargo el chocolate online en sandos-naturkost (la página está en alemán, pero si queréis hacer un pedido os puedo ayudar. Lo mejor es que os juntéis varias personas o que encarguéis otras cosas, porque los gastos de envío a España son relativamente altos).
Y ahora poneos a gustito, concedeos este caprichito, y ya sabéis, tened cuidado, que enganchan.
Y ahora poneos a gustito, concedeos este caprichito, y ya sabéis, tened cuidado, que enganchan.
¡¡Feliz
otoño!! y no os olvidéis de mimaros.